Potencial para creer: potencial para crear

¿Qué es «ser creativo»? La respuesta no es obvia aunque lo parezca. Tiene que ver con «crear»: con generar, con originar algo de la nada. Es un acto de nacimiento, de gestación y de «dar a luz». Alguna cosa va a nacer gracias a nosotros, algo va a manifestarse, algún potencial (y he empezado el post hablando, precisamente, de potencial) porque lo hemos pensado, porque es una idea, ¡porque lo llevamos dentro!

¿Te has preguntado alguna vez para qué estás en este mundo? No exactamente para pasar los días yendo y viniendo de tu casa al trabajo. No exactamente, tampoco, para ser lo que los demás quieren que seas. Tampoco para soñar sueños que nunca, nunca llegarán a cumplirse.

Creo firmemente que todos los seres humanos venimos al mundo con un potencial increíble. ¿Cuántos de nosotros lo desarrollamos hasta las últimas consecuencias! Si observamos una pequeña semilla, no podremos imaginar el árbol enorme en el que se convertirá.., siempre y cuando la plantemos en el suelo adecuado, la regemos convenientemente, la situemos en un entorno soleado, la defendamos de parásitos y depredadores, y la permitamos desarrollarse sin competencia excesiva con otras de su misma especie.

De igual forma, los seres humanos llevamos en nuestro interior un potencial inmenso para la creación. No solamente nuestros hijos y nuestros descendientes: toda nuestra vida, aunque no nos demos cuenta, es un acto de creación plena. Somos los responsables y los creadores de nuestra propia existencia, lo queramos (y creamos) 0 no. Los condicionantes del entorno (que equivaldrían al suelo, la lluvia, el sol, las plagas o los depredadores, y los otros árboles competidores del cuento) no son más que la sazón.., la sopa en la que se cuece la historia o la no-historia de aquello que queremos lograr.

Si cogieras ahora mismo un álbum de fotos de tu infancia y de tu adolescencia, ¿qué te encontrarías? Seguramente te verías a ti mism@ con los ojos críticos que nos pone la edad. La experiencia es un grado.., pero a veces también es un incordio porque nos aparta de nuestras ilusiones, de nuestros sueños, de nuestro más íntimos objetivos. Si tienes un rato, párate a pensar cuántos de los sueños que tenías en aquella época se han cumplido. Intenta recordar cómo te sentías cuando tú eras como esa persona que te mira ahora a través de las fotos de otro tiempo.

En ocasiones, nos perdemos en el camino de la vida.., y podemos retomar la senda, o extraviarnos para siempre. Hay en nuestro recorrido vital ciertos puntos de inflexión, que no son los mismos para todo el mundo, pero que representan la oportunidad de dar un salto cuántico en tu viaje por el mundo. Much@s de nosotr@s hemos atravesado etapas en las cuales nos hemos preguntado qué estábamos haciendo con nuestra vida.

La sensación de hastío.., de no tener un rumbo.., o de vacío, muchas veces esconde la desconexión con nuestra fuente íntima de creación más pura. He subido esta foto de esas flores en amarillo porque el amarillo representa la fuerza de generación que, como el sol, ilumina y, a la vez, da calor. La luz y el calor suficientes como para conseguir germinar las cosechas. ¿No es acaso eso, abundancia? La abundancia la entendemos como riqueza material, pero es mucho más: es alegría. Es bienestar, salud. Es la capacidad de creer y de crear, de levantarse cada día con la mirada limpia y el corazón y la mente despejados, sin miedo, dispuest@s a iniciar una nueva aventura y teniendo claro que, pase lo que pase, no podemos fallar.

¿Has fallado alguna vez? ¡Por supuesto que todos nos equivocamos! Y sin embargo, vuelve a mirar esas fotos: del niño o el adolescente que ves, a tu YO actual, hay un largo recorrido de creación, de creatividad. Te has forjado a ti mism@, para bien, o para mal. Cuando digo que no podemos fallar, es porque lo que no sirve para tu crecimiento hacia el reino de la abundancia, sirve para tu aprendizaje y para redireccionarte ocasionalmente, si es que te has salido de tu sendero.

Mientras tú estés segur@ de tus objetivos, no existe el fracaso. Muchas veces, el fracaso consiste en, simplemente, establecer juicios desde la visión de otros. Nadie puede compararse a nadie, y por tanto, nadie puede juzgar el fracaso o el éxito de quién no está en su propia piel. El potencial de tu semilla (sea ésta un hogar, tener hijos, tu profesión, una afición que es tu pasión personal, o convertirte en el mayor coleccionista mundial de bolas de petaca) está siempre ahí. No lo has perdido, aunque te separen muchos años, y muchas frustraciones, y muchos miedos, y muchas batallas de esa foto de ese chico o esa chica que tú eras antes.

Siempre digo a todos mis coachees que para crear, lo primero que hay que hacer es «creer»: pero no estoy hablando del tan manido «cree en ti mismo»… Es algo que va más allá, es tener la absoluta certeza de que puedes lograrlo porque es lo mejor, el deseo más íntimo que existe en tu corazón, aquella labor que tú entregarías a este mundo y que es tu mayor regalo, tu más abundante herencia, lo más valioso porque está conectado con tu propio deseo y tu propia herencia.

… Lo que vienes a hacer aquí sólo lo sabes tú: en tu corazón, y si te tomas el tiempo para pensar, también en tu cabeza. No desperdicies la oportunidad dejando pasar la vida, lamentándote de lo difíciles que son las cosas, y empieza.

Simplemente, empieza.

Todos los caminos que en el mundo han sido han comenzado siempre con un primer paso.